Desarrollo e implementación de una guía clínica para el manejo perioperatorio de los pacientes ingresados con fractura de cadera en un hospital de tercer nivel

  1. Hormaechea Bolado, Lucía
Dirigida por:
  1. Inocencia Fornet Ruiz Director/a
  2. Pablo de la Cuadra Virgili Director/a

Universidad de defensa: Universidad Autónoma de Madrid

Fecha de defensa: 31 de mayo de 2018

Tribunal:
  1. Luisa González Pérez Presidente/a
  2. Javier García Fernández Secretario/a
  3. Pedro José Torrijo Garrido Vocal
  4. Javier Gómez Pavón Vocal
  5. Jose Manuel Rabanal Llevot Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

1.1. Introducción La fractura de cadera es una de las patologías más prevalente en el paciente anciano y representa la principal causa de ingreso en los servicios de traumatología. Determina un alto riesgo de morbimortalidad tanto a corto como a largo plazo, siendo capaz, por sí sola, de disminuir la esperanza de vida en el anciano en casi dos años, y uno de cada cinco pacientes que la sufre requerirá asistencia socio-sanitaria permanente. El Objetivo del presente estudio ha sido desarrollar una guía clínica intrahospitalaria para el manejo de los pacientes que ingresan con fractura de cadera, adaptada a las características de nuestro entorno, en dónde se expongan de manera clara y concisa los cuidados perioperatorios necesarios para que el paciente pueda ser intervenido en las mejores condiciones posibles y tenga una recuperación adecuada. 1.2. Material y Métodos Estudio realizado en 407 pacientes divididos en tres grupos: grupo control, que consistió en un estudio retrospectivo con 88 pacientes para conocer el alcance del problema y las áreas de mejora, el segundo, grupo piloto, es un estudio prospectivo de 112 pacientes realizado tras el desarrollo de una guía de manejo perioperatorio de estos pacientes y, el tercer grupo denominado grupo intervención, consta de 207 pacientes, es un estudio prospectivo en dónde se valoró la implementación de la guía clínica dentro del hospital y la nueva distribución de los quirófanos asignados al Servicio de Traumatología, habilitándose uno específico para el tratamiento de las fracturas. 1.3. Resultados Las características de los pacientes de los tres grupos fueron similares en edad, sexo, grado de riesgo anestésico (ASA) y comorbilidades asociadas. La proporción de pacientes que estaba en tratamiento crónico con algún fármaco que altera la hemostasia también fue similar en los tres grupos. La demora quirúrgica paso de una mediana de 6 días, en el grupo control, a 4 días en el grupo piloto y 3 días en el grupo intervención. La proporción de pacientes intervenidos en las primeras 48 horas aumentó desde el 8,43% en el grupo control, al 17,12% en el grupo piloto y al 39,22% en el grupo intervención (p = 0.001), y esto se acompañó de una menor estancia media hospitalaria, que de forma global pasó de 11 a 9 días. En los pacientes previamente institucionalizados la disminución en la estancia hospitalaria fue de 4 días. La tasa de transfusión disminuyó del 68,87% del grupo control, al 44,55% del grupo piloto y al 49,51% en el grupo intervención (p= 0,002) acompañándose de una disminución en el número de concentrados de hematíes transfundidos (p = 0.041). La tasa de reingreso osciló desde el 23,17% en el grupo control al 17,59 % en el grupo piloto y al 6,70% en el grupo intervención. La mortalidad intrahospitalaria se redujo a la mitad, del grupo control (6,82%) al grupo intervención (3,43%). Esta diferencia de mortalidad se mantiene durante los tres primeros meses y a los 6 meses. La mortalidad acumulada a los 6 meses fue del 18,8% en el grupo control mientras que en el grupo intervención se situó en un 11,27%. 1.4. Conclusión La implantación de una guía para el manejo de los pacientes con fractura de cadera, dónde se unifiquen los criterios relacionados con el tratamiento perioperatorio de los fármacos antiagregantes y anticoagulantes, la anemia y la terapia transfusional, ha logrado mejorar los resultados de este proceso, reduciendo la demora quirúrgica, las complicaciones perioperatorias, la tasa de transfusión, los días de ingreso, la mortalidad tanto intraoperatoria como en los primeros 6 meses y la tasa de reingresos, y con ello, se ha conseguido una gestión más eficiente reduciendo el consumo de recursos y como consecuencia, el gasto sanitario.