Coincidencias entre la Doctrina Social de la Iglesia y los modelos oficiales de sostenibilidad y RSCaproximaciones a una sola verdad

Resumen

En los últimos años valores como la Inclusión, la Diversidad, el Desarrollo, el Bien Común o el Respeto se han convertido en "obligatorios" para la mayor parte de las compañías que quieren mostrar su compromiso con la Sostenibilidad y la Responsabilidad Social. Desde unos comienzos en los que estos conceptos se centraban en el medioambiente y la protección a los colectivos en riesgo de exclusión hemos pasado, en la época actual, a poner el adjetivo "Sostenible" a todas las estrategias y políticas de la empresa. Hablamos ahora de liderazgo sostenible, de marketing sostenible o responsable, de finanzas sostenibles, etc. Junto a este adjetivo, en el área de RRHH, se han desplazado términos como Recursos para usar, sobre todo Personas. Las empresas deben estar centradas en la Persona, no en sus recursos, del tipo que sean. Los principales modelos de sostenibilidad que podemos considerar como oficiales, el de la ONU, la CEE o el World Economic Forum, coinciden en situar a la Persona y su Desarrollo como un eje principal. Juntos a estos modelos las principales agencias que certifican el carácter sostenible de las empresas también miden la sostenibilidad de determinadas políticas de Gestión de Recursos Humanos. Todos estos modelos coinciden en su preocupación por el respeto a la dignidad humana y la generación de bien común a largo plazo. Estos son los pilares que, hace ya más de 50 años, constituyen el fundamento de la Doctrina Social de la Iglesia. Esta coincidencia en valoresfundamentales, lejos de ser casual, se debe a la misma concepción antropológica del hombre y el trabajo. La verdad a la que hacemos referencia en el título. En la presente investigación se describen los diferentes modelos de RSC y Sostenibilidad Gestión de Empresa así como los sistemas utilizados para su certificación y se comparan con la doctrina social de la Iglesia. A través de este análisis comparativo se pondrá de manifiesto la absoluta vigencia original de dicha doctrina y la posibilidad de implantarla de manera natural y efectiva en la gestión de las empresas que, de verdad, quieran demostrar con sus acciones su respeto a la dignidad humana y su compromiso con la generación de un Bien Común duradero.