Prefiriendo hacer (casi) nada en arquitecturapostproducción a través de cuatro declinaciones activamente perezosas
- López Ujaque, José Manuel
- Federico Soriano Director/a
Universidad de defensa: Universidad Politécnica de Madrid
Fecha de defensa: 27 de febrero de 2017
- Enrique Ariel Walker Rosemberg Presidente/a
- Irma Arribas Pérez Secretario/a
- Iván Capdevila Castellanos Vocal
- Amadeu Santacana Vocal
- Polyxeni Mantzou Vocal
Tipo: Tesis
Resumen
En su origen audiovisual, el término postproducción engloba todas las operaciones efectuadas sobre un material preexistente: montaje, inclusión de otras fuentes visuales o sonoras, subtitulado, voces en off o efectos especiales. Conceptualmente, todas estas acciones se alejan del esfuerzo de la originalidad, no crean desde cero. Para su concretización final, sin embargo, es paradójico que rara vez estén exentas de procesos ‘exotérmicos’ que liberan gran cantidad de esfuerzo y energía. La actitud postproductiva hace tiempo que desbordó a lo audiovisual, estando ya presente –con mayor o menor visibilidad– en todos los ámbitos cotidianos y profesionales. La arquitectura contemporánea no ha sido ajena a esto, ni mucho menos, y ha asumido que empezar cada vez de cero es una quimera. La postproducción que el arquitecto actual ha interiorizado es mayoritariamente continuista, ya que en sus procesos –copiar, cortar, pegar, etc.– sigue predominando el esfuerzo y el amor al trabajo. De manera complementaria, se puede investigar la existencia de otra acepción sobre el significado más común de la postproducción. Otro acercamiento ‘endotérmico’ o perezoso –en relación a una minimización mayor del esfuerzo de materialización–, que podría encajar con la actitud ‘de preferencia’ de ‘Bartleby’ –el personaje del escritor Herman Melville– y su célebre frase «preferiría no hacerlo». Una declinación que no afirma con diligencia, ni niega con nihilismo. ¿Y si ahora somos también arquitectos que declinan actuar con esfuerzos desmesurados? ¿Y si ahora preferimos hacer (casi) nada? De esta forma no solo se trataría de persistir manipulando proyectos enteros o fragmentos de un mundo ya saturado, acumulando más y más objetos nuevos. También sería posible postproducir arquitectura cuando, sobre lo preexistente, apliquemos estrategias de minimización que prefieran: [1] MARCAR (casi) nada, [2] NOMBRAR (casi) nada, [3] INTERVENIR (casi) nada o [4] FIRMAR (casi) nada. Bajo estas cuatro declinaciones postproductivas aparecen vías alternativas de desarrollo en el ámbito de la arquitectura. Posibilidades que, basadas en el uso inteligente de nuestros materiales preexistentes – intelectuales o físicos–, confluyen en una aptitud a menudo despreciada: la pereza. ¿Y si ahora nos convertimos en arquitectos activamente perezosos?