El aprendizaje en las personas mayores

  1. María José Flores Tena
Revista:
Familia: Revista de ciencias y orientación familiar

ISSN: 1130-8893

Año de publicación: 2018

Número: 56

Páginas: 53-64

Tipo: Artículo

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Resumen

La esperanza de vida cada día se está viendo incrementada, la calidad de vida ha aumentado una nueva etapa, llamada, jubilación. Esta etapa viene caracterizada por grandes cambios para disfrutar del tiempo libre, conseguir conocimiento que no tuvieron, oportunidad de realizar actividades; en otras décadas el tiempo se empleaba para descansar mientras en la actualidad se emplea para el aprendizaje permanente. El incremento de la población contribuye al desarrollo de la sociedad, ofreciendo la posibilidad de aprender en igualdad de condiciones, siendo valoradas y reconocidas. La imagen de las sociedades envejecidas es una evidencia cada vez más notable, por ello, la educación permanente es un proceso inacabado para cualquier persona, cada día hay algo que aprender. Señala Martínez Rodríguez (2006, p.51) que, envejecer bien es envejecer activamente y esto implica fundamentalmente tres condiciones: envejecer teniendo un rol social, envejecer con salud y envejecer con seguridad. “El envejecimiento activo requiere que la sociedad garantice que los ciudadanos mayores puedan continuar informados, a la vez que vela porque sean reconocidos todos sus derechos. Asume un enfoque interge-neracional al reconocer la importancia de las relaciones y de la ayuda que se ofrecen entre sí los miembros de una y otra generación. Requiere un enfoque integral, pues ofrece una visión más completa y global de las personas y de su proceso de envejecimiento”. (Bermejeo, 2010, p.10). Como queda reflejado en el Libro Blanco el envejecimiento activo constituye, en definitiva, un aspecto fundamental para combatir y demorar situaciones de dependencia tanto físicas, como psíquicas, sociales, educacionales y funcionales. (IMSERSO, 2011).

Referencias bibliográficas

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