Intervención farmacéutica para mejorar la calidad de vida de las mujeres con problemas de sueño en la etapa de la menopausia

  1. MARCOS BENEDI, ELENA
Dirigida por:
  1. Irene Iglesias Peinado Director/a

Universidad de defensa: Universidad Complutense de Madrid

Fecha de defensa: 04 de octubre de 2022

Tribunal:
  1. María Pilar Gómez Serranillos Cuadrado Presidente/a
  2. María del Carmen Lozano Estevan Secretaria
  3. María José González Muñoz Vocal
  4. Francisco Zaragoza Arnáez Vocal
  5. Fernando de Jesús Franco Vocal

Tipo: Tesis

Resumen

La OMS estima que 1200 millones de mujeres serán posmenopáusicas para 2030. El insomnio es uno de los principales síntomas psicológicos asociados a la menopausia. En la farmacia comunitaria se observa un elevado número de consultas sobre los problemas de sueño y sus tratamientos. En la actualidad las estrategias más habituales para tratar los síntomas leves derivados de la menopausia, son los tratamientos no farmacológicos y potenciar el cambio de estilo de vida a hábitos saludables. El farmacéutico es el profesional sanitario que está más en contacto con los usuarios de la farmacia gracias a su accesibilidad; por ello la Indicación Farmacéutica puede tener un impacto muy favorable sobre el control del insomnio y los síntomas de la menopausia. La aplicación de cuestionarios validados de calidad de vida y sueño, permiten describir la percepción de la mujer respecto a su salud y bienestar general y pueden ser utilizados como objetivo primario en ensayos clínicos. Etapa 1. Se realizó un estudio de tipo observacional descriptivo trasversal y cualitativo, mediante una encuesta sobre 263 mujeres menopaúsicas de edades comprendidas entre 45 y 64 años con problemas de sueño y que debían haber respondido "sí" a la pregunta: ¿Toma algo que le ayude a dormir?. Etapa 2. Se realizó un estudio comunitario, cuasi experimental, prospectivo, trasversal, no aleatorizado controlado con observaciones pre-test y post-test en los grupos de intervención, sin grupo control, durante un periodo de 6 meses, sobre mujeres menopaúsicas que acudieron a las farmacias elegidas, solicitando alguna ayuda profesional para el insomnio. Se les ofreció una intervención farmacéutica dispensándoles un tratamiento a base de especialidades farmacéuticas [comprimidos de doxilamina (DOX), comprimidos de melatonina (MEL), capsulas de Valeriana officinalis (VO) y capsulas de Humulus lupulus (LUP)], e información oral y escrita sobre técnicas de higiene del sueño y ejercicios de relajación y respiración. Los resultados y discusión son: Etapa 1. El perfil de mujeres entre 45 y 64 años corresponde a no fumadoras que consumen bebidas estimulantes durante el día, sobre todo cafeína, y no realizan actividad física. Además del problema de sueño, la queja más frecuente relacionada con la menopausia, son los sofocos y sudores nocturnos, seguido de aumento de peso y ansiedad. Sin embargo, el grado de salud percibido es bueno. No se encontró asociación entre la presencia de sofocos y la frecuencia del insomnio. El principal factor que influye en el insomnio es el aumento de la edad, ocurriendo éste con mayor frecuencia en el comienzo y la mitad de la noche. La utilización de medicamentos que requieren prescripción médica o no (antihistamínicos H1 como doxilamina) son la opción más demandada con un 45%, seguido de complementos alimenticios como melatonina con un 23 %. Un 18 % recurre a plantas medicinales como valeriana. Etapa 2. La intervención farmacéutica con los tratamientos y aportando educación dietética y sanitaria y ejercicios de relajación y respiración, consiguió mejorar ligeramente el estilo de vida de las mujeres y modificar los hábitos alimentarios sobre todo en el grupo de MEL y VO. Las intervenciones farmacéuticas mejoraron la calidad de vida en los grupos VO y LUP, en términos de domino menopausia y salud (reducción del 22 % y 31 %, respectivamente). Al final del periodo de seguimiento, en los grupos DOX y MEL los dominios del sueño que mejoraron, principalmente, fueron la calidad subjetiva del sueño (reducción del 56 % y 38 %, respectivamente) y la latencia del sueño (reducción 52% y 56%, respectivamente). La incorporación de las técnicas de higiene de sueño y los ejercicios de relajación y respiración, aumentaron la eficacia de los tratamientos en la calidad global del sueño, aunque no de una forma significativa.